martes, 23 de octubre de 2007

de mi cabeza nace un arbusto de pocas hojas. de él cuelgan un montón de cosas. hasta zapatos viejos cuelgan. cuelga un ciempiés de los que traen mala suerte, retorciéndose el ciempiés y queriendo morder un poco. y un topo sin manitas y sí muñones rojos. y un ahorcado en traje de domingo. y un pez de goma áspera. y una nómina en un sobre. y una cadena de hierro. y una calavera que no me cabe por el culo. y también un corazón roto y, finalmente, otro pez, pero éste vivo, tan vivo como el que puede tener cualquiera en el recuerdo de sus ocho años. vivo y con un anzuelo rompiéndole la boca. quiero decir que fue un día raro y resbaladizo, cubierto de una capa finita de mierda