sábado, 11 de agosto de 2007

apago la televisión. un morrissey más que marica, convertido en un madurito de esos de madrugada y aperitivo en un bar lleno de sueños hechos mierda, se empeña en llenar mi vida de luz. inaguantable

(en el bar, un señor con pinta de general prusiano, de espalda muy erguida y bigote blanco. bebe cerveza en vaso corto. un cojo de camisa sucia y corbata besa a una mujer. ella ha dejado la bolsa de la compra apoyada en la pared. se hablan al oído y piden más café. a mi derecha, un mendigo de pies sucios que habla solo. al lado de la puerta, alguien que lee el periódico de cualquier día. la excusa es otro vaso de vino color ceniza. detrás de la barra, el hijo del dueño. una camiseta naranja que dice periodismo dos mil seis-cero siete. la mirada de me suda la polla todo lo que sucede en este agujero. es el momento de pagar. en la calle se está bien si buscas las sombras de un saltito)

nos convertimos en nihilistas por pensar que la vida se reduce a comer y cagar y follar. también dormir

si no comes, no cagas. si no follas y no duermes, además, tu vida se ha reducido a nada, a cero, a

encadenar trabajos de mierda tampoco te ayuda a pensar que tu futuro será algo mejor que negro

la chica de la caja se llama maría josé (lo dice la plaquita de su pecho). he comprado cebollas para asar y pan negro

desayunos con mantequilla de verdad