contemplo la mañana echando de menos a alguien. muchas veces, no desmoronarme implica inventar a mi lado, un día tras otro, incansable, a esa persona que no está, y caminar por sus pasos y darle todo lo que ven mis ojos y hablarle sin esperar más respuesta que un latido más en el corazón
acabar viviendo una vida que no existe
buenos días