jueves, 9 de abril de 2015

(aquí hay una pirámide excavada en un claro del bosque, una pirámide como una fosa gigantesca llena de escaleras y caminos o un barranco rodeado de chopos desnudos levantándose como garras hacia el cielo. desciendo con cuidado, sin asomo de vértigo: en la cima profunda hay un teléfono con el que podré hablar con marta y despedirme porque marta está muerta como muerto está su hermano y tanta gente que queríamos y ahora sólo puedo decirle adiós y cuánto la quería marcando un número que está ahí, en la pantalla, en el fondo de una tierra fría que se cierra poco a poco sobre mí hasta que despierto, atravesado por un hierro de pena)