martes, 13 de enero de 2015

(otra vez la anciana sin dientes pero ahora está sentada en mi cama y me come la polla con esfuerzo y asco, quejándose, no le gusta y se siente sucia, escupe, lloriquea, deja caer largos hilos de baba en el suelo de la habitación, le tiemblan las tetas marchitas y la grasa del vientre, el pelo teñido y sucio se despierta entre mis dedos como un desierto antiguo, en ese momento me corro, empujo más fuerte, me corro otra vez, me arranco la piel y las ganas de vivir hasta la siguiente partida)