sábado, 9 de agosto de 2014

(después de la fiesta, en la casa junto a las vías del tren sólo queda el hombre oso: su piel es un charco de sangre y pelo reseco en la grava, él llora aullidos con la piel desnuda y sucia, me mira, nos mira, nos huele, ya no puedo ayudarle, todo el suelo está lleno de excrementos)

(caminamos por las calles de santa caterina y están cubiertas de una espuma rosa que se deshace en charcos y ríos. eres una persona de mierda, dice mònica muntaner, no te voy a decir por qué porque ya lo sabes o deberías saberlo, pero sí sé que me das asco, dice mònica muntaner. sólo te diré, para que sepas de qué te hablo, dos palabras: biblioteca y catalunya)

(grandes pasillos de madera antigua, estanterías infinitas con todos los libros y pequeñas luces separando los autores. camino hacia la salida junto a una mujer sin nombre ni rostro: por algún motivo que desconozco, se forma una cola que ralentiza todo el proceso, hablamos en voz baja, beso su hombro, su olor es un olor que se repite con insistencia en la vida física, un olor virus que me atraviesa y atrapa y que me hace pensar en familias pudientes, temerosas de dios)

(una persona de mierda. no te voy a decir por qué porque ya lo sabes o deberías saberlo, pero sí sé que me das asco. sólo te diré, para que sepas de qué te hablo, dos palabras: biblioteca y catalunya. mònica muntaner sonríe amenazante y me besa en la oreja, ensordezco, abro la boca, empleados municipales se emplean a fondo con los icebergs de espuma rosa que se estancan en las alcantarillas y los alcorques, tres adolescentes vestidos de dragón escriben su nombre bajo un arco, una letra d inmensa con spray blanco antes de despertar)