lunes, 12 de marzo de 2012

(uno. miro la pantalla, dibujo unas líneas gaseosas en varios tonos de azul, remolinos y ciclones que no servirán de nada, todos acabaremos ahogados, río y bolsillos llenos de piedras)

(dos. no sucede nada, todas las rutinas del día son una amplísima coreografía que no sería difícil registrar, trabajar, comer, dormir, cagar. en medio, una hermosa nube de algodón rojo. en medio, una llamada de teléfono. en medio, un espejo y la frente llena de arrugas, los ojos del pescado)

(tres. la lupa se detiene en los dientes, ligeramente rotos en los bordes, blancos, heridas metálicas en el fondo del mar, la barba rala y las canas, la piel como una jaula llena de animales asustados, perros que nadie quiere)

(cuatro. la lupa en el corazón, la lupa en el amor quieto y el amor ausente, ceniza después de la gran guerra)

(cinco. recordar, ir más allá, entornar los ojos. mi madre sigue allí, incapaz de moverse de la cama, quieta en un charco de sangre, mi hermano y yo limpiamos como podemos la hemorragia, somos demasiado pequeños para saber leer, la luz brilla en el borde del vaso, me puedo pasar horas sin beber, hipnotizado por ese círculo que se acerca y se acerca hasta que desaparece)

(seis. mariposas atrapadas en una red, no hay nada más, un chiquillo que mira el torbellino sin entender, miro al chiquillo que fui y me sorprendo, la eterna maraña de mariposas, la vida en el anzuelo sin saber qué hacer, sin sentir deseo nunca más)

(siete. un desierto, una lámpara, las noticias, las mentiras. vienen los lobos y lloro, estoy en las antípodas de entender mi papel aquí, cien años sin lluvia, de aire demasiado caliente para ser invierno)

(ocho. escribo y reescribo el mismo muro de palabras, una y otra vez, mi nombre en el muro como la explosión de una estrella, una alambrada incapaz de olvidar, una partitura hecha de arañazos)