domingo, 11 de marzo de 2012

(uno. pienso en ròmul, en sus camisas blancas y la violencia que respira cuando bebe, me gusta su piel oscura, me gustan sus pies torcidos cuando camina y sus zapatos de tarado en primera comunión, tengo diecinueve años, me corto el pelo con una cuchilla de afeitar, la puta cabeza llena de trasquilones, son buenos años, grandes años de plomo y esperanza)

(dos. un escenario y una pareja folla en penumbra, se escupen y se insultan, ella se corre entre gritos, él se derrama dentro de ella, no en su cara, dentro de ella, la música es de algo tan horrible como wilco o elton john, cuando se encienden las luces, saludan entre aplausos y vuelven a su triste vida de animales vencidos)

(tres. tocar un piano desafinado mientras el polvo se come los dedos y las ganas, así se componen los acordes y el aburrimiento)

(cuatro. cazadores de nazis —serie producida por la bbc, la puta basura más grande que uno puede esperar sábado tras sábado—, las rejas en el alma, una acera llena de latas de cerveza vacías y la pantalla llena de czesława kwoka)

(cinco. una batería de preguntas sin respuesta porque me gustaría sentarme en una escalera y mirar a la cámara con cara de persona interesante, contento de tener algo que explicar)