domingo, 18 de septiembre de 2011

(estoy en uno de los apartamentos del edificio resitur, en la calle salado, en sevilla. dos camas, colchas marrones y ásperas, una pequeña cocina office en tonos grises y un cuarto de baño. hay una mujer pelirroja sentada en una de ellas, la que está más cerca de la ventana. llueve fuera, todavía es temprano, la sensación al despertar es de haber estado allí, de haber vuelto allí sin saber por qué)

(miro el techo durante largo rato, cuelga una bombilla más o menos en el centro, un cable corto forrado de cinta aislante de color negro con manchas de pintura blanca, está apagada, pienso en la puntera de goma de las chuck taylor, las converse de siempre. en los modelos actuales es mucho más grande que hace veinte años, por ejemplo. a mi modo de ver es algo que afea el calzado, no sé)

(pienso en la muerte de mi padre. imágenes de un hombre atravesando un desierto en una película ruidosa llena de efectos digitales. mi madre me habla, ríe, miro, asiento, pregunto, responde, termino mi plato, recojo la mesa, necesitaría dormir la vida entera)