martes, 3 de mayo de 2011

sueño con núria planas, estudiamos juntos, mi amor platónico de instituto, su hermano se mató en un accidente de esquí hace un tiempo, no recuerdo, a veces se cuela en mis sueños, núria planas

te llevo a casa, me dice, es de noche, será sólo un momento, mientras conduce me apoyo en su hombro, cierro los ojos, los abro y el coche está detenido, hay señales en la autopista, estamos en tolosa, me dice, creo que me he perdido

(al empezar el sueño estoy en tarragona, estamos en tarragona, no sé por qué ha conducido en dirección contraria, sólo he estado una vez en tolosa, era muy temprano, desayunamos en un bar, íbamos camino de leitza, allí nos esperaba jonan, nos contó de cómo ese tío que se tambaleaba en la tragaperras había sido un gran luchador, después vino la droga y los mató a todos, ahora sólo es piel seca, lo recuerdo como piel negra y desdentada, todos los yonquis en chándal y con los ojos borrosos y grises, hace un millón de años de eso, quizás fue en el noventa y uno, no sé)

caminamos a través de calles del casco antiguo, somos incapaces de encontrar una indicación, es de madrugada, acaba de llover, una inscripción en una estatua, dos hombres salen de un restaurante con farolillos en la puerta, hablan en euskera, núria les pregunta y ellos responden al unísono, aquí no es como en biurrun, aquí las cosas se hicieron bien desde el principio, nos llevan caminando hasta el coche a pesar de no haberles dicho dónde estaba aparcado, se suben con nosotros, paso al asiento de atrás, justo detrás de ella, me despierto con tristeza pensando en la última vez que nos vimos, el entierro de su hermano, nunca he estado en biurrun