martes, 1 de marzo de 2011

aquí no hay nada que hacer, sólo respirar olor a desinfectante y ver cómo la piel se le cae a uno hasta dejarlo en herida. no hay un sólo recuerdo que no haga daño, que no sea una putada por un motivo o otro. dentro de un rato vendrá isa y no notará nada —notable esfuerzo en el camuflaje—, hablaremos, sonreirá, me contará de sus días en menorca y del invierno en manresa. atravesar un campo de minas no parece el mejor plan, quizás debería decírselo, avisarla, no sé

(caminar con cuidado, sin desesperar, avanzar sin hacerlo realmente, en qué nos estamos convirtiendo, en laberintos nos estamos convirtiendo, retroceso, suma de errores y pieles, todo eso)