viernes, 4 de febrero de 2011

un estanque lleno de peces negros. al salir del estudio no tengo fuerzas para nada, son las seis y media pasadas, sólo me apetece caminar un rato, sin rumbo, una esquina, otra, otra más, izquierda, derecha, otra vez izquierda, avanzar, retroceder. es inevitable detenerme en diferentes conversaciones, frases sueltas que dibujan poco a poco mi estado de ánimo. tú no tienes ni puta idea de nada, nen, estábamos regalados en ese piso. una chica mira con desprecio a un gordo cabizbajo escondido en un anorak azul demasiado grande, ella abre los brazos, abre la boca, escupe las palabras, no me comas la olla, responde él. tienes el móvil, mamá?, pregunta un niño flaco, no, está en casa cargando, sin batería. la madre habla lento como lento hablan los yonquis o la gente que se ha metido demasiada mierda y se ha quedado sucia por dentro para siempre. joder, mamá, nunca tienes nada, chilla el niño, diez años de mierda, pienso en cómo sería una patada en su puta cabeza y creo que los ojos se me ponen en blanco

el evangelio de judas, de alberto vázquez. he pasado antes por la biblioteca y he cogido ese libro, más atraído por la editorial que por su dibujo delicado y errático. astiberri no edita mierdas, siempre pienso eso. el caso es que arrastro el libro mientras miro escaparates, zapatos, jerseys de viejo, cacharros de ordenador, cartas de bares y restaurantes llenas de faltas de ortografía. si tuviera fuerzas me arrastraría hasta el grau porque me gusta ese bar, sí, podría sentarme a leer y beber a sorbos cortos un café con leche, judas, historias de una ardilla católica, a quién se le puede ocurrir semejante imbecilidad, las ardillas comen nueces, no están bautizadas ni se masturban, anoto que alberto vázquez escribe vázquez sin acento, es alguien de quien no te puedes fiar

eso fue antes de que empezáramos tú y yo, dice ella. qué sucede antes de ese instante crucial en sus vidas? lo ignoro, pasan por mi lado demasiado rápido, camino lento, cada vez más lento, como una sombra que apenas se mueve porque puede romperse en cualquier momento. sea lo que sea que ha sucedido, sucedió antes de que empezáramos tú y yo. es importante? hay algo realmente importante? hay palabras realmente importantes, palabras que puedan cambiar el curso de una historia para siempre? paso por delante del local donde se reúnen los alcohólicos anónimos de cerdanyola, lunes y viernes, de ocho a diez de la noche. pienso en sentarme allí, en un círculo iniciático y desnudar mis miserias, mentir si hace falta, confesarme como la basura más grande que ha parido jamás una madre. no tengo ganas de beber, pienso, sólo sería probar, escuchar mi propia voz quebrándose al relatar cuentos sin sentido, invenciones, sentirme arropado por gente tan vacía como yo, otros adictos que me miran y dicen que sí con la cabeza, palabras, historias para siempre

venga a probar, venga a probar, que estoy hasta los santos huevos de probar. toda una declaración de principios, la de alguien que está totalmente agotado de estar vivo, un teléfono móvil, un coche tuneado aparcado en doble fila junto a un paso de cebra. podríamos ir a esa discoteca, tres chicas latinas diminutas con maleta a cuestas. ellas también están hasta los huevos de probar o tan sólo es un plan, un cambio en la estrategia a seguir? podrían cruzarse sus caminos y acabar los cuatro follando en el parking del pont aeri, podrían grabarlo en video y colgarlo en altaporn o alguna mierda así. podría encontrarlo yo y así podría hacerme una paja tranquilo, sin necesidad de que la culpa me coma, sin necesidad del asco que siento al tocarme y no poder dejar de hacerlo. pienso en la polla de ese tío, el del coche, mi sueldo entero a que apesta porque no es un buen chico judío

el vello púbico de todas las mujeres con las que me cruzo, nada que ver con las visiones asépticas y idealizadas que estoy acostumbrado a consumir en formato píxel. no hace frío, viejos pasean perros, imagino las luces de los coches desde las azoteas de los edificios altos. ahí donde ahora hay un centro veterinario, hace años había un bar donde hacían batidos de fruta. y ahí donde ahora hay una sucursal bancaria, un videoclub roñoso. y ahí donde antes había una persona, ahora sólo hay un montón de mierda. pienso en carme, en las exiguas cuatro veces que follamos y cómo después nada. pienso en su coche, un polo viejo, blanco, siempre sucio, en cómo sería mi vida ahora si hubiera seguido ahí, despertándome por las mañanas en un palacio, con imágenes líricas de la niebla envolviendo el bosque y música de elton john cada vez que

el paseo se transforma en un monstruo, es jueves, esta noche podría huir, pronto será primavera y debería dejar de tener miedo, no sé cómo. pero la única certeza es que el tiempo se hila en ovillos pesados y grises y ahora vuelvo a estar en el estudio, sin apenas trabajo, esperando que sean las tres de la tarde y volver a sentirme en algún lugar, nunca tienes nada es una frase aterradora