miércoles, 16 de febrero de 2011

hace calor en el autobús, está lleno pero todo el mundo bajará en la próxima parada, la de detrás del ayuntamiento, podré cambiarme de sitio y estirar las piernas, mirar por la ventanilla hasta que quiera bajarme y pensar en mis tonterías, descansar, no sé, todo eso, eso es todo

(escribir en el móvil: los movimientos, las coreografías del hombre casado, la ausencia de deseo, el pecho en llamas y culpas, sigue y suma. el único sexo que tengo me convierte en algo sucio, incapaz de acabar nada y sentirme vivo, eyacular algo que quema)

(escribir más en el móvil: pienso en ti y vomito, dice ella. me resulta imposible distinguir entre realidad y ficción, siluetas que se superponen, creo que nos miramos mientras me prende fuego, nadie más puede verla ahí, en la estación de tren, qué más puedo pedir, es mi secreto. los recuerdos manchan el corazón de ceniza áspera)

la versión de la enésima versión, el plagio consentido. el muro de edificios frente a la autopista, ahí vivía de pequeño, ahora las ventanas arden por el reflejo de las luces de los coches en retención, es una imagen bonita, busco el piso en el que vivía, la segunda hilera empezando por el final, las primeras ventanas empezando por abajo, la de la derecha, la que ahora está apagada, quién vivirá allí treinta años después

(tengo ocho años y un perro negro y tontorrón que se llama rodolfo, una mezcla de pastores, bernardo el hijodeputa le quema los huevos con cigarrillos, el mejor sitio para crecer mientras pienso en esas ventanas de fuego multicolor y en bernardo, cómo se hacía pajas con el truji en la portería del número cuatro y ahora el truji sólo es un despojo sin dientes que se arrastra de un lado a otro de la calle, aquí los yonquis nunca mueren)

(ahora tengo trece y el cuco nos parte la boca a todos por riguroso turno, hoy por ti, mañana por mí, el cuco, la cara de retrasado, los pantalones caídos, la voz ronca y las manos como palas para enterrarte vivo, soy un pozo de complejos en una familia de tarados, puto barrio de mierda)

me miro los pies, las zapatillas converse que llevo dejan los pies fríos, llovizna en la vida de color de rosa, la trenka se llena de gotitas minúsculas que brillan si las miras, la calle santa maria está llena de gente y míriam viene por ahí, sonríe, ha acabado el master, si alcanzas el final vuelves al principio

resaltar todo o sólo los aspectos importantes. bebemos cerveza en un bar al que sólo hemos ido una vez en todo el tiempo que llevamos juntos, hablamos del día, del proceso de selección en el que ahora está inmersa, puntos y entrevistas, de su trabajo, del mío no hay mucho que contar, palillos y aceitunas, otra copa, en la televisión hay videos musicales, últimamente no estoy bien, reflejos y cadencias en el lugar equivocado