jueves, 24 de febrero de 2011

es jueves y creo que no tengo muchas ganas de nada, me encuentro vacío de emociones, plano, con un poso gris de rabia que me hace mirarlo todo de una manera fría y distante. acaba de llamar daniel. el interés que demuestran mis amigos por mi estabilidad me provoca náuseas y es injusto que lo diga: todo el mundo debería tener gente con la boca llena de palabras cálidas para los momentos difíciles. lamentablemente, ante tamaña demostración de amor sólo siento asco, vergüenza y una tristeza que no cicatriza demasiado bien. egoísmo, una enfermedad, un buen cáncer que no sale en las biopsias. así las cosas, casi prefiero reconducir la conversación hacia los terrenos comunes: es allí que daniel se mueve con la soltura de una diminuta perca naranja en tres litros de agua

(nueve reinas, de fabián bielinsky, en la televisión. la he visto dos o tres veces y no me apetece cambiar de canal. pienso en el gordo fabián, muerto mientras dormía a la edad de cuarenta y siete años. luego te quedas frío, la gente habla bien de ti y las lágrimas de tus novias te pintan las mejillas de oro, a tomar por culo hasta que brille)