miércoles, 5 de enero de 2011

(un cáncer te crece en los cojones durante veinte años, te acaba llevando a la tumba, inútil reflexionar sobre el sentido de la lucha cuando sólo queda barro al final del camino, la muerte de pete postlethwaite después de una noche sin dormir)

(el gris de los árboles desde el tren, el agua verde del cardoner, del llobregat, nidos vacíos entre las ramas desnudas, campos ralos y escarchados, casas, fábricas abandonadas cerca de manresa, dormir entre estaciones, cerrar los ojos, abrirlos, descubrir fantasmas a punto de morderme en los sueños extraños)

(un hombre de mediana edad de rasgos orientales con una bolsa pesada a su espalda, su cuerpo se tambalea, camina lentamente al salir de la estación, cuatro grados bajo cero, las tiendas todavía están cerradas, una chica espera ante la joyería tous de la calle del born mientras acaba un cigarrillo, pantalón carhartt, zapatillas munich, chaqueta corta de motorista, una mujer barre por costumbre)

(isa y xavi viven un piso grande en el centro de la ciudad, desayunamos leche de avena caliente, pan de espelta tostado, queso parmesano, roscos caseros de anís, hasta un pedacito de turrón de yema desayunamos, hablamos de cualquier cosa, me peleo con su ordenador recién comprado, instalo y configuro programas, el mundo a mi imagen y semejanza, martes de regalos de navidad, calcetines y paul auster, el corazón de los animales y el día con arañazos en los ojos)

(la rutina sigue comiéndose a sí misma. aprovecho estos días de vacaciones para vagar, no importa dónde. sigo una línea de tren, un autobús, un metro, sigo una calle, otra, sigo una persona, una conversación, una corazonada, una llamada de teléfono, me dejo llevar, me abandono, me doy cuenta de que apenas necesito nada real, sólo seguir imaginando)

(lourdes y yo jugamos en la orilla de la playa, no hay apenas gente, hace años de eso, poco a poco nos alejamos, una ola grande nos arrastra, no nado bien, apenas nado, tengo miedo, renuncio y me hundo, trago un mar entero, el día es azul y pienso que voy a morir ahí, en ese momento, cádiz, mediodía sin nubes, un bañador granate y beige, lourdes intenta sacarme pero no puede conmigo, dejo de luchar, siempre dejo de luchar, una ola, otra ola nos devuelve un poco, ha sido sólo unos segundos pero suficientes, eternos. todos los ahogados son de color azul y tienen las venas rojas y espuma en la boca, sólo en las películas la gente se ahoga y parece que siga durmiendo, que vaya a despertar de un momento a otro, riéndose, qué susto te llevaste)