sábado, 25 de diciembre de 2010

incienso nag champa agarbatti quemando lentamente, el alma me flota en el humo, suenan los smiths en la tele, me peso, me masturbo, me ducho, me visto, desayuno, no he dormido esta noche, la cabeza está caliente, el sol en la ventana, ha nacido el niño dios

incienso caro, de tienda mística y propiedades ayurvédicas, su puta madre, no tengo alma, se consume, alguien la respira, la teje, yo qué sé qué mierda, suena suzi quatro en la tele, sesenta y ocho kilos justos, me corro espeso y ácido, agua caliente, treinta litros por minuto, los mismos pantalones, un polo negro, la sudadera quicksilver, un plátano, un trozo de pan seco, la pastilla, diez horas ante la pantalla del ordenador, no tengo sueño, no estoy cansado, veinticinco de diciembre, el recuerdo difuso del día de ayer, de los días anteriores

incienso que deja los dedos ebrios de olor, el dolor pequeño en las rodillas, las manos ásperas y sin apenas caricias, suena no sé qué de kanye west en la tele, tres kilos menos en dos semanas, estallo pensando en cómo sería de bonito, nada de esponja, sólo agua y gel sanex azul, me lavo los dientes y me quedo muy quieto bajo el chorro humeante de paz líquida, debería cambiarme de ropa, coser los pantalones, pelar la fruta con cuidado, cuatro millones de bailarinas se difuminan en la pantalla, en mi cabeza y en mi ansia