jueves, 11 de noviembre de 2010

el frío arde en los tilos, apagando el verde de las hojas, quemando sus ramas, desnudándolas. la acera es una alfombra triste y amarilla, otoño de oro viejo a las ocho de la mañana, lunes a viernes, la misma gente, los mismos días en un remolino