lunes, 28 de junio de 2010

(pienso en el gordo de la canarinha, lo desnudo mentalmente y recorro pornografías a través de su piel sudada después de noventa minutos de fútbol en un bar. pienso en su mujer, a la que abraza como si quisiera marcar todos los terrenos posibles, y la construyo con palabras cerdas hasta encerrarla en un secreto que es una campana de cristal. pienso en el perro, en quitarle la puta camiseta y los putos calcetines y dejarle mis manos para que las lama, en acariciar su cabeza con los ojos cerrados hasta que se durmiera a mi lado. todo es más o menos así, así que está bien que tenga una mordaza)