domingo, 27 de junio de 2010

estos últimos días son calurosos y ligeramente futbolísticos por los bordes. la tarde de domingo es una tarde de sábanas limpias y pantalón corto, con los platos durmiéndose mientras esperan el jabón y el agua tibia. a ratos voy pensando en la yonqui de ayer, la chica italiana que comía arroz con leche en el suelo del vagón. me fascinó que fuera bonita y que tuviera todos los dientes. me fascinaron sus veintipocos años y que leyera el woman sin que le importase enseñar sus antebrazos llenos de heridas. páginas y más páginas rebosantes de glamour de extrarradio para la princesa sin trono

(después pasó que compramos libros y bebimos cerveza y no fuimos al cine y dormimos toda la tarde hasta que me quedé solo y elegí un canal de televisión y después otro y después elegí una ensalada y otro canal y después un vértigo de canales hasta que me calmé con una paja y pude cerrar los ojos)

(también pasó que me sentí frustrado porque me sentí durante muchos momentos del día en un blanco y negro bastante plano, nada que ver con la realidad trinitron que se movía a mi alrededor, una realidad festiva y cambiante, sobresaliente en estímulos y colores, intensa como pocas veces antes. así, lo mejor que podía hacer era acabar escondiéndome y disfrutar de estar solo y estar gris, sin tener que fingirme otro)