lunes, 6 de julio de 2009

(de vuelta a casa he comprado manzanas, cuatro manzanas verde amarillento, pesadas y jugosas. un euro con cuarenta y siete céntimos de manzanas, algo más de un kilo. el dependiente insiste en que él mismo ha recogido los plátanos del árbol esta mañana, de frescos que están, húmedos y fríos de la cámara frigorífica. después he llamado a míriam mientras subía pesadamente la calle padró)

(ménage à trois es un bar pequeñito en la calle d'en bot. es irónico que begoña y yo estemos allí, cocacola y heineken, cuatro meses después de la última vez que nos vimos. el nombre del sitio es odioso. apenas hablamos. ella tiene trece pulseras de cristal negro en su muñeca derecha y un anillo de resina negra en el dedo corazón de su mano izquierda. en la mesa de al lado, unas chicas juegan con un macbook. los iconos en el escritorio son demasiado grandes como para resultar cómodos. hoy hemos llegado al fin del mundo)