miércoles, 3 de junio de 2009

aquí la vida empieza a las seis y media de la tarde. las doce horas anteriores son sólo un simulacro, como estar de maniobras por una pista de barro sin que haya muertos de verdad. la guerra es sólo un concepto que ocupa todo nuestro tiempo, pero del que apenas sabemos nada

(escucho la radio, trabajo, escribo correos electrónicos, de vez en cuando cruzo alguna palabra con mi jefe, sentado a dos metros y mil años de distancia. el ventilador tiene a sus pies un desierto de polvo negro. las aspas giran sin fuerza. pienso en aviones cayendo como piedras. desde los medios de comunicación insisten en buscar el lado humano de la tragedia, ponerle ojos y una historia a cada uno de los doscientos veintiocho desaparecidos. sus vidas me manchan, me dejan sin fuerzas. seis minutos más y lo habré conseguido: mañana es jueves)