lunes, 30 de marzo de 2009

un número de teléfono que se repite con insistencia. las llamadas perdidas se acumulan hasta que descuelgo por puto cansancio. reconozco la voz, las pausas y la risa. reconozco hasta el ruido de fondo de los coches. finjo alegría ante alguien con quien follé hace mucho tiempo. es increíble cómo algunas personas se aferran a un orgasmo. cómo estás, qué es de tu vida, cuánto tiempo, ya nunca me llamas. la conversación resbala sobre los terrenos comunes, el trabajo, los días festivos de semana santa, qué hiciste el domingo, seguro que encontramos un día para vernos otra vez, ahora no tengo mucho tiempo pero gracias por llamar, un beso, sí, hasta pronto, clic

borro entera la lista de llamadas. me gustaría poder borrar los recuerdos de esa persona pero no resulta fácil: lamentablemente, tengo buena memoria para mierdas así. un cuerpo hinchado y blando que me acaricia y las sábanas a la lavadora. un tatuaje gastado con un delfín. buenas noches