viernes, 12 de diciembre de 2008

en marzo hará dos años que cago sangre. a la larga, ha sucedido lo previsible: mi cuerpo se ha acostumbrado a la medicación y reducir la dosis prescrita se traduce en un vuelta-a-empezar. tengo la sensación de estar caminando por un alambre que desemboca en otro alambre que desemboca en otro alambre que hasta el infinito, una suerte de telaraña borrosa que se pierde en todas las mañanas idénticas

efectos secundarios a cambio de nada: te engordas, te pica todo, estás triste todo el tiempo y tu barriga parece un puto tambor a punto de estallar. sí, con miedo a todas partes. buenas noches