martes, 11 de noviembre de 2008

fiebre durante la noche, la cabeza vacía, hasta las tantas sin querer dormir

tres y diez de la mañana es la hora maldita. es cuando el chi se te escapa por el culo en un retortijón que te recuerda a puñetazos que estás vivo. medio dormido y empapado en sudor, la taza del wc es un confesionario lleno de manchas rojas

(imágenes vagas que se encadenan en una rayuela: escaparates de tiendas con los cristales rotos —la kristallnacht de estos días—; chicas llorando contra una reja; fotogramas reconstruidos de der golem, la película de paul wegener; fotogramas falseados de stranger than paradise, la película de jim jarmusch; fotogramas de paris, texas, la película de win wenders)

(chicas llorando, flores en el suelo, velas encendidas, nombres escritos en las mejillas. chicas llorando a la salida de una discoteca, demasiado borrachas, meándose encima. chicas enfarlopadas que se hacen fotos que después colgarán en cualquier página de contactos. chicas cargadas de hijos que serán carne de cañón)

(cristales rotos, palabras escritas con tinta roja, humo y fuego. imágenes que se hunden pesadas en la nieve, que se convierten en esa ceniza grasienta que dejan los cuerpos al quemar porque aquí no hay nadie que nos defienda)

(imágenes de una película de jim jarmusch, las mismas que están en dos de las cuatro paredes de mi habitación. una habitación de adolescente, dice míriam antes de darme su lengua para que me la coma. esa chica es suave y increíblemente tenaz. imágenes de un cielo trucado con película roja y opacador, a base de negativos y positivos, a base de pincel y paciencia. imágenes de antes de que el photoshop empezase a retocar la realidad una y otra vez hasta hacerla desaparecer)

(travis buscando a jane y jane buscando la mirada del espectador. la barba de travis. las manchas de sudor de su camisa. mi camiseta empapada. me ducharía si no fuera tan temprano. estaría bien que fueras acabando ya, terminando con todo)