domingo, 9 de noviembre de 2008

dios es una luz cegadora en el cielo el seis de agosto de mil novecientos cuarenta y cinco, justo a quinientos ochenta metros de altura sobre la vertical de la ciudad japonesa de hiroshima

el único dios es un eco en nagasaki sólo tres días después pero nada eso importa demasiado. medio millón de personas es sólo un número que se ofrece a las estadísticas

(el aire se vuelve denso si pienso en ello. empiezo a caminar por una avenida amplia y desierta. tengo un buen trabajo del que me jubilaré dentro de unos meses y hace años que no follo con mi mujer. no tengo hijos. me gustaría ser valiente para gastarme todo el dinero que tengo ahorrado en recibir un poco de amor. creo que nunca me he corrido en la boca de una chica. creo que me sentiría culpable, tan sucia es la imagen que tengo del sexo. me he acostumbrado a masturbarme delante de la pantalla con imágenes que acaban siendo demasiado previsibles. me gustaría ser valiente y tener esperanza porque eso significaría que no me da miedo la muerte, y todo el mundo sabe que eso no es así)