martes, 14 de octubre de 2008

me dejo fascinar con algo de pornografía. tres, cuatro fotos, no más. un vídeo que se resiste a empezar y avanza lento, a saltos. todo el proceso es muy selectivo. a partir de esas imágenes construyo más, mezclándolas con otras que ya tengo en la cabeza. alquimia detrás de los ojos. transformo ambas realidades, el píxel y el recuerdo, en un orgasmo, un trozo de papel higiénico húmedo de nieve. la tarde ahora sí tiene paz en el pecho