sábado, 30 de agosto de 2008

un petardo aislado provoca un rosario de ladridos de betty. otro petardo, más ladridos. tantos petardos, tantos ladridos. ella se agita, jadea al borde del colapso, provoca que un charco infinito inunde toda la casa. más petardos, viene y se esconde en mi habitación. después tendré que fregar el piso y me da una pereza de morirme. todos sus jadeos me llenan la boca de saliva. la escupo, la escupo tantas veces que al final acabo vomitando y con dolor de cabeza, tirado en la cama como un puto muerto viviente