sábado, 12 de julio de 2008

tiendo la ropa con pinzas de plástico quemadas por la intemperie. el sol en la pared de enfrente, haciendo brillar las ventanas de los pisos altos, la mañana fresca en la sombra del patio, la brisa que hace temblar las hojas del limonero. una felicidad pequeñita y dulce me recorre la espalda desnuda

y ahora la ropa blanca