lunes, 14 de julio de 2008

era el cumpleaños de mi hermano y volvimos a aparentar que éramos una familia. comimos juntos, hubo regalos, apretones de manos y besos. también el llanto de víctor y sí, ya dice papá. la felicidad entraba por la puerta de la misma manera que el cansancio me vencía. me encogí un ratito en la cama y pude dormir algo antes de que sonara el teléfono. después me puse triste y pensé qué coño de sentido tenía seguir escribiendo