martes, 13 de mayo de 2008

mi hermano juega con su hijo en brazos, le canta canciones, se hacen reír. yo como en silencio, mirando fijamente mi plato y contando las cucharadas para abstraerme. triste arroz hervido que se espesa con los grititos del niño y el jadeo de betty en el sol del patio a mediodía. la casa llena de ruidos. víctor es un hombrecito de quince meses que persigue a la abuela por toda la casa, caminando muy tieso

(el niño me mira fijamente. me acerco y me toca los labios. abro la boca y me trago su mano hasta la muñeca. no se inmuta. él sí sabe que no soy un tiburón blanco)

veintiséis cucharadas y acabar el plato. huele como a nube de cloro mientras escribo estas palabras. buenas noches