lunes, 28 de enero de 2008

te veo de puta madre, dice sonriendo la persona que apenas me conoce, acomodando entre sus piernas una bolsa de supermercado. sí, convengo, la sensación que doy es de estar de puta madre, pero como llevo casi un año cagando sangre pues tan de puta madre no estoy. y en la cara de susto de la persona en cuestión encuentro una especie de venganza contra todo en la vida. no es dar lástima, no, por dios. es saber que con algo tan asqueroso como eso puedo poner al mundo de rodillas ante mí. y entonces sonrío mucho para quitar dramatismo a la historia, y hasta me permito hacer algún chiste sobre ello, pero siempre sin entrar en demasiados detalles, buscando cerrar el tema sin más tonterías. después, siento algo feo dentro por ser tan hijoputa y miserable, pero la verdad es que sólo quería que me dejaran en paz, que siguieran saludándome sólo con la mano o, mejor aún, cambiando de acera para fingir una prisa que todos sabemos que no existe, exactamente como antes