martes, 8 de enero de 2008

no sé cómo es mi vida. tampoco quiero pensar demasiado sobre ello. me exige un esfuerzo extra que no sería capaz de realizar. sé que tengo certezas, contradicciones, miedos, ambigüedades. juego con todas las cartas con las que puedo jugar. a veces es difícil, pero intento ser feliz

ser feliz es mucho más que meter la polla en un agujero o hacer un trabajo del que quedar orgulloso. también es mucho más que una bonita película, una canción que te emociona, fantasear con una exposición o un domingo en la playa, con unos zapatos de cien euros. ser feliz es mucho más que todo eso y, a la vez, mucho menos

no sé qué es ser feliz, pero hoy sé que lo soy, vagamente, de una manera íntima y inexplicable, pero sé que lo soy, finito y frágil como un papel de fumar, casi transparente y manoseado

sonrío. me gusta la codeína. me gusta sobremedicarme, ultramedicarme, hipermedicarme. tomo ocho pastillas diarias de fosfato de codeína, codeisán, con su cajita naranja y blanca. estoy con la boca seca y más lento de lo normal casi durante todo el día. me gusta. me estriñe. me atonta. me ablanda. me hace sentirme muy yo al mismo tiempo

se me llena la cabeza de nubes y en ellas viajan personas, personas que llueven y me empapan