jueves, 17 de enero de 2008

la niña se tumba en el sofá y espera a que venga la poesía a bañarle las tetas, como en una especie de bukkake infinitamente dulce. mientras, ha preparado el disparador de la cámara para inmortalizar el evento. tres, dos, uno, ya está. entonces vendrá perseo y le dirá al oído alguna guarrada y ella sonreirá casi como si estuviera en una película de los años cincuenta

me encanta perder el tiempo en internet, así conozco gente, aunque sólo sea para que al final se acaben cagando en la puta que me parió

en fin, los poetas, esa cosa erótica que tienen. esta mañana, antes de venir a fermentar un ratito más en el estudio, he estado leyendo algo de eso. mientras, en la televisión, hablaban del zapatillazo de esperanza y del mallorca. me he puesto las botas con la decidida impresión de este jueves como un gran día, aunque sé positivamente que nunca tendré las manos llenas de sal (todo el mundo lo sabe)