sábado, 12 de enero de 2008

cuando estoy medio borracho siempre me da por pensar que esa chica tiene un diez escrito en el coño con un pintalabios negro. tanto da que sea chica de medias de rejilla, o chica de chaqueta blanca (de esas que no debes meter nunca en la lavadora). o chica que obedezca sin sonreír cuando le especificas —porque tu cuerpo es sabio y sabe lo que dice— que el vodka tiene que ser moskovskaya y no otro (no será el mejor, pero es el que menos te destroza)

el caso es que ese número me persigue y ésa y no otra es la vez que estoy más cerca de las matemáticas y del mundo

(la chica sonrió y no tenía dientes. el camarero más ultramarica del mundo había contratado a una yonqui)