domingo, 2 de diciembre de 2007

la misma nota suena y suena y, enredándose en sí misma una y otra vez. el efecto de bucle me hace levantar la cabeza y cerrar los ojos. tocamos hasta que me duelen los brazos, hasta que noto los dedos agarrotados, hasta que ya no sé qué más decir porque estoy vacío por dentro, hasta que tengo tanto sueño que podría dormirme de pie. hemos grabado todo ese material. en total, algo menos de noventa minutos limpios en dos cintas de cromo. pese a lo precario de la manera de grabar, con un cuatro pistas, un sólo amplificador y una pletina normal, suena sorprendentemente nítido y monolítico a la vez, como un mantra envolviéndote en su abrazo de oso. bebemos cerveza y reímos mientras recogemos. es un buen punto de partida, creo que todos coincidimos en eso