martes, 11 de diciembre de 2007

el pedacito de chocolate, apenas una jícara, no tiene prácticamente ningún efecto en mi interior. intento hacer una vida más o menos normal, pienso en la colitis todo el tiempo y hay días en los que duermo poco, a saltos. las subidas y bajadas no obedecen, aparentemente, a ningún patrón, así que al final desisto de entender por qué todo empieza cuando menos lo espero

el pedacito de chocolate se deshace en el calor húmedo de la boca. enciendo la televisión. no busco nada y la dejo en la dos. pienso en corregir la posición de la antena, pegándola a la ventana, pero me cuesta un mundo moverme aquí o allá. un leve crujido de nieve cayéndose sobre imágenes desordenadas. sin saber por qué, recuerdo a concha, su sonrisa y la última vez que hablamos por teléfono, ella en su casa y yo en la estación de sants, lloviendo a cántaros, con tanto ruido como ahora, con toda una hiedra de ruido subiéndome por los tobillos