domingo, 16 de diciembre de 2007

ayer tocaban los cuatrocientos golpes y euterpe setenta y siete en el local, que estaba lleno de gente que, o no conocía, o conocía poco, o conocía mucho hace tiempo, que es lo mismo que no conocer nada ahora o conocer de una manera incómoda, de esa en la que disimulo porque no sé qué decir y miro hacia el suelo o finjo que me interesa cualquier cosa que pase dentro de mi té con limón

así las cosas, me entero que cristina y mikel están embarazados, así como jaume vila y isabel. me alegro por ellos, de verdad, pero no sé qué más decir aparte de cosas del tipo cómo lo llevas, niño o niña, cómo se llamará, yo qué sé. la conversación, pasado ese punto, se me vuelve un poco incómoda, con lo que me centro en las canciones de los grupos, en la chica que tengo delante, esponjosa y azul como una gominola, o en la asiática que salta como una posesa, o en la chica que no tiene apenas dientes y se sabe todas las canciones. me sonríe un par de veces y deduzco que ella es rosa, la compañera de bubu en el programa de radio porque no se separa de él mas que para ir a meterse rayas al lavabo

me llama la atención este tipo de chicas, las que sabes que te van a estallar en cualquier momento por mucho cuidado que tengas. me pregunto cómo debe ser chupándola, por aquello de no tener dientes. me encantan sus ojos y daría lo que fuera por poder cruzar tres o cuatro palabras con ella, pero es algo que no sucederá porque, en el fondo, tengo un interés-igual-o-menor-que-cero

pienso en ella cuando me hago una paja a las cuatro de la mañana, porque es imposible dormir y todavía me pitan los oídos