lunes, 26 de noviembre de 2007

tengo un despacho con una puerta y estanterías repletas de cintas de video. dentro de cada una de ellas, un testimonio único del holocausto. sentado ante la pantalla, con el mando a distancia voy dando paso a las voces, una y otra vez, todas iguales, todas diferentes. empiezo con interés, un interés que se va diluyendo a medida que pasan las horas, las cintas, todas las imágenes, las palabras dolorosas. despierto antes que el despertador. nada parece haberse movido en este lunes. así empieza la semana, con todas las cosas quietas y cero ganas de pelea. buenos días