viernes, 9 de noviembre de 2007

ruth está guapa con esos pantalones ceñidos. me ha convencido para bajar un ratito al local. cosas de no querer cenar sola. pizza de trigueros, cerveza, cortado y tabaco. yo, un té con limón con doble de azúcar. no tengo nada de hambre. hablamos de lo que tenemos en la cabeza, que suelen ser demonios, de cómo nos agotan en pensamientos circulares, obsesivos, con música de feria abandonada. hay una mesa grande con una cena preparada. patricia se va a argentina a vivir y la gente la despide. creo que he hablado dos veces o tres con esa chica, pero hoy se me acerca con el rollo ése de cuánto tiempo, qué pelo más largo, me gusta más así. y a mí qué coño me importa. la gente es idiota. si no tienen nada que decir, deberían poder quedarse callados sin acomplejarse. quedarte callado no te hace ser idiota o más idiota, sólo hace que no tengas la boca llena de imbecilidades. te hace ser agradable a los ojos de la gente que, como yo, esperamos un poco de silencio de según quién. rematamos con un par de besos en la mejilla —algo que odio casi tanto como que me la chupen— y ya tenemos la representación social de hoy. ni qué decir tiene que no soy muy de estas cosas, pero sonrío y intento ser cortés, cortés de medio lado

hace un frío espantoso, de esos de los que todo el mundo habla al entrar de la calle, resoplando y frotándose las manos, con los ojos rojos de tanta marihuana. un frío que hace que te sientas un poco dustin hoffman en cowboy de medianoche. seguimos hablando del tiempo, en definitiva, cuando vaticinamos que en diez años no estaremos aquí, que la vida se construye en otros sitios. aquí los viejos tienen un color ceniza al morir y, para ellos, bajar la rambla es algo casi tan desconocido como escalar el puto kilimanjaro. y no queremos convertirnos en algo así, pero no hay muchas pistas que te lleven en una dirección contraria. y es que nosotros no somos como rafa, capaz de dejarlo todo y aparecer en un boquete de hielo cerca del ártico por amor

hoy le he escrito un mail larguísimo. creo que hace tiempo que no escribo un mail tan largo, ni a rafa ni a nadie. en tallinn están a cero grados y aún tiene que bajar la temperatura veinte más. prefiero ni pensarlo. buenas noches