jueves, 15 de noviembre de 2007

puntualmente, cada noche suena el teléfono a la misma hora, siempre a las diez de la noche. iruka marca mi número y espera pacientemente a que yo descuelgue y hable con ella. nunca sucede así. he aprendido que nunca debo coger un número acabado en tres siete cero cero. no sabría qué decirle. ella espera y yo me escondo, porque no sé decir que no