sábado, 17 de noviembre de 2007

el bar de siempre lleno de gente que no conozco, a la que no me une ningún vínculo ni quiero. el maldito desfase generacional. arrinconado detrás de una cerveza sin alcohol, hablo con la poca gente con la que comparto cosas. es difícil estar en un sitio así sin estar borracho. mis amigos se desenvuelven bien, es sólo cuestión de pedir una cerveza más o otro tequila, pero éste con naranja. para mí también sería fácil si bebiera como antes, pero sé que no puedo hacerlo, ni puedo ni debo. tal y como estoy, reventaría. se me hace inaguantable tanto extraño y acabo mirando sin mirar, escuchando sin escuchar y hablando sin hablar, encerrado en una urna de piel dura. beso a la gente que quiero al despedirme. y abrazos, de esos abrazos que huelen a perfume y que querría quitarme ahora para no ponerme más triste de la cuenta. hablo con juank. él y marina llegan tarde y tan sólo es una despedida por teléfono. me veo incapaz de seguir allí un solo minuto más