sábado, 6 de octubre de 2007

quien la hace la paga, nunca olvides

(por eso me quedo quieto en un rincón, con los ojitos muy cerrados, pensando fuerte en que llegará un momento grande y blanco y sordo, un momento que no tendrá vuelta atrás, un momento en el que esas palabras —quien la hace, la paga— serán la única luz que entrará por la ventana)