viernes, 19 de octubre de 2007

con raquel en sueños. ahora no vive en ibiza con david, sino que está por tiempo indefinido en la casa de sus padres en berna, que han cambiado la vida en un pueblo del baix llobregat por la tranquila y burguesa capital suiza. me llama con necesidad de verme, de abrazarme, de quererte mucho, gordo. conduzco un coche blanco hasta la ciudad. treinta horas en un segundo o dos. allí, sus hermanos me saludan sonrientes en alemán y su madre está borracha en la mesa del comedor. se ha orinado encima y el parquet debajo de ella brilla de una manera triste. raquel corre a abrazarme y el olor de la hierba recién cortada cuando la tengo en mis brazos, en mi pecho, me lleva directo al pip-pip del despertador. es viernes y me siento bien, sabiendo que mi bienestar depende de un hilo tan fino que apenas es