viernes, 14 de septiembre de 2007

porque alguien lo dijo debe ser así. el tiempo amontona las palabras en el vagón de las verdades

en el interior de nuestro cuerpo no entra luz. salvo un accidente o algo así, la luz nunca entra dentro de nosotros. tanto da. dibuja nuestros límites por fuera pero los de dentro seguirán siendo desconocidos

el agua caliente me recorre y el dolor es redondo, difícil de aguantar. casi parece que sale luz del vientre, de un costado del vientre, el derecho. un dolor romo y denso que me hace doblar las rodillas y encogerme

el buen meteorólogo. por dentro soy, somos, sangre, heces y mocos en proporciones variables, muchas veces imprevisibles. es algo que descubro a veces, con frecuencias cambiantes. mañanas y madrugadas, así es como funciona mi huracán, mi hoyo de luz, mi ventana abierta al mundo

buenos días