viernes, 21 de septiembre de 2007

pedro tiene las gafas rotas. la montura es roja y estamos en un hospital. él ha ido acompañando a un tipo que no deja de quejarse y yo espero pacientemente a que se me pase el dolor. hablamos de constructoras y de todo el tiempo que llevamos sin vernos. al despedirnos, nos abrazamos y le doy un beso en la frente, amplia y pálida. sonríe y despierto. son algo menos de las siete de la mañana y he dormido una hora desde la última vez

(éramos amigos, amigos de verdad. estudiábamos juntos y dejamos de vernos hace tiempo. la última vez, después del accidente, fue en una esquina cerca de mi casa. llevaba en brazos a una niña tan rubia como él y cambiamos los teléfonos, con la promesa de llamarnos. siempre que pienso en él, me resulta imposible no pensar en la otra persona, la que mató con el coche)