domingo, 2 de septiembre de 2007

la niña embarazada es un bulto negro en el banco. está envuelta en una burka que se encoge con su llanto. a su lado, dos viejas bronceadas y enjoyadas, de ese tipo de viejas que sólo ves en las manifestaciones esponsorizadas por el pp. ellas cuchichean y me miran, me señalan. de pie, frente a ellas y mirándome, un policía. maldice a quien ha preñado a una niña de once años. si es capaz de hacer eso, es capaz de hacer cualquier cosa. se toca la entrepierna para afirmar sus palabras

un perro, un pastor belga. tiene el pelo largo y negro y los ojos rojos. respira pesadamente mientras miro por encima de la escena: una maraña de cables eléctricos producen un zumbido casi animal, enfermizo. parece que esa nube va a romperse encima de nosotros en cualquier momento

despierto, bebo agua, me esfuerzo en seguir durmiendo

esta vez sueño con barcos y con puertos, con horas de llegada