paso horas mirando el artesonado del techo. nueve vigas verticales y catorce horizontales. en total, ciento veintiséis divisiones de madera más o menos regulares
también una alfombra grande de tiras de cuero trenzadas
un libro de don delillo francamente inasumible que se pudre en la mesita de noche
una llamada de trabajo y en otra llamada, un torrente de tonterías
todo esto fue cuando empecé a escribir páginas de una libreta negra, hace más o menos doce días. o trece. o así
hoy he vuelto de vacaciones