lunes, 6 de agosto de 2007

me gusta mirar tiendas de decoración. creo que es algo que nadie sabe. allí, en un rincón alto, un espejo bonito por quince euros. no sé qué haría con él, pero vale quince euros. dependientas embalando un cuadro. una chica embarazada pagando con tarjeta. tiene los pies hinchados y un coche grande en la puerta, un cuatroporcuatro de color verde oscuro. miro el mueble de cuatrocientos ochenta y cinco euros. el de madera gruesa y envejecida y distribución asimétrica. es como un cuadro de mondrian sin mondrian ni colores

estaría bien imaginarlo en cualquier rincón que me haga feliz

el aire fresco de la calle ahora también me hace feliz

y mirar el mundo desde aquí arriba