sábado, 22 de noviembre de 2014

(en algún punto en mitad de la nada áspera que es extiende entre la ronda santa maria y la illa bella, una guerra perdida de antemano y la sonrisa de jeremy desde su furgoneta de halcourier. encontrarle allí, cien años después, ahora que me he convertido en una mancha de humedad con la forma de una ciudad desconocida y deforme, es algo hermoso, inesperado, como si cada segundo anterior a ese segundo hubiera tenido un significado verdadero, una vida más allá de la pérdida de tiempo que asumíamos desde que empezó todo. así, dejo de ser, ni que sea por un momento, el lecho de hojas secas que era, calles y plazas escondidas y amontonadas en el fin del mundo por las que caminar arrastrando los pies, para tener otra vez dieciséis años y sentir que soy dios a su lado)