sábado, 18 de octubre de 2014

(era yo pero tenía otro cuerpo, uno mejor, menos amargo, sin manchas o heridas, dormíamos en el césped amarillo que hay en el camino del metro a casa, dormíamos de espaldas el uno al otro, entrelazábamos los pies, después, de pronto, madrid, la televisión demasiado alta, el alcohol, los vasos derramándose a cámara lenta, las cosas colgando por costumbre)

(un hombre me mira fijamente, pienso en cómo sería sacarle los ojos con una cucharilla, la cara de horror de la mujer a su lado, la que se desnuda unas mesas más allá, la que se esconde dentro de mí o enfrente, no me miraría si supiera, quizás no, quizás sabe y por eso tienta y se sumerge)